Duelo de ligeros: Comparativa a fondo entre el MacBook Air 2018 y el MacBook Pro 2018

En el año 2018, Apple presentó dos portátiles que marcaron un antes y un después en sus respectivas líneas: el renovado MacBook Air y una actualización del MacBook Pro.
Ambos modelos compartían el atractivo del ecosistema macOS y la promesa de un rendimiento eficiente, pero estaban diseñados para públicos y necesidades ligeramente diferentes.
El MacBook Air, tras años sin una renovación significativa, regresaba con un diseño moderno y una pantalla Retina, enfocándose en la portabilidad y la autonomía. Por otro lado, el MacBook Pro continuaba su legado como la opción predilecta para profesionales que requerían mayor potencia y capacidades.
Esta comparativa exhaustiva explorará las diferencias clave entre estos dos icónicos portátiles, analizando su rendimiento, diseño y características para ayudarte a determinar cuál se ajustaba mejor a tus requerimientos.
Potencia y rendimiento: Desentrañando las capacidades Internas
La principal distinción entre el MacBook Air 2018 y el MacBook Pro 2018 radicaba en su potencia de procesamiento y las opciones de configuración disponibles.
En términos de rendimiento en el mundo real, el MacBook Air 2018 se desenvolvía con soltura en tareas diarias como la navegación web, la edición de documentos, la gestión de correo electrónico y la reproducción de video.
Sin embargo, los usuarios que realizaban con frecuencia tareas más exigentes notarían una diferencia significativa en la velocidad y la capacidad de respuesta del MacBook Pro 2018.
La mayor potencia de procesamiento y las opciones de memoria y gráfica dedicadas del Pro lo convertían en la elección obvia para profesionales creativos, desarrolladores y cualquier persona que necesitara un rendimiento superior.
MacBook Air 2018
Estaba equipado con un procesador Intel Core i5 de octava generación de bajo voltaje (serie Y). Este chip priorizaba la eficiencia energética sobre el rendimiento bruto, lo que se traducía en una excelente autonomía de batería, pero podía resultar menos potente en tareas exigentes como la edición de video intensiva, la renderización 3D o la ejecución de software de desarrollo complejo.
La memoria RAM estaba limitada a 8GB u 16GB de LPDDR3, y las opciones de almacenamiento SSD comenzaban en 128GB, pudiendo configurarse hasta 1.5TB. La gráfica integrada era una Intel UHD Graphics 617, suficiente para tareas cotidianas y reproducción multimedia, pero no ideal para juegos o trabajos gráficos avanzados.
MacBook Pro 2018
Ofrecía una gama más amplia de opciones de procesadores Intel Core de octava generación (serie H), incluyendo modelos i5 e i7 de cuatro núcleos, que proporcionaban un rendimiento significativamente superior. Esto lo convertía en una herramienta mucho más capaz para profesionales que trabajaban con aplicaciones demandantes.
Las opciones de memoria RAM comenzaban en 8GB de LPDDR3, pero podían configurarse hasta 32GB en los modelos de 15 pulgadas (aunque la versión de 13 pulgadas del 2018 se limitaba a 16GB). El almacenamiento SSD también ofrecía mayores opciones de configuración, comenzando en 256GB y llegando hasta 2TB. Además, el MacBook Pro 2018 incorporaba una gráfica integrada Intel Iris Plus Graphics 655, que ofrecía un rendimiento ligeramente mejor que la del MacBook Air, y los modelos de 15 pulgadas contaban con una tarjeta gráfica dedicada AMD Radeon Pro, lo que los hacía mucho más adecuados para tareas gráficas intensivas.
Diseño y portabilidad: En busca del equilibrio ideal
Ambos portátiles presentaban un diseño elegante y premium, característico de Apple, pero con diferencias notables en cuanto a su tamaño, peso y características físicas.
Por un lado, el MacBook Air 2018 destacaba por su diseño ultraligero y compacto, ideal para usuarios que priorizaban la portabilidad por encima de todo. Y, por el otro, el MacBook Pro 2018, si bien era ligeramente más pesado, ofrecía una pantalla de mayor calidad y, en el caso del modelo de 15 pulgadas, una mayor cantidad de puertos, lo que lo hacía más versátil para entornos de trabajo profesionales.
Portabilidad
El MacBook Air 2018 marcó el regreso de este modelo con un diseño más delgado y ligero que su predecesor. Con un peso de alrededor de 1.25 kg y un perfil más estilizado, era significativamente más portátil que el MacBook Pro 2018 de 13 pulgadas, que pesaba alrededor de 1.37 kg.
Esta diferencia, aunque pueda parecer pequeña, se hacía notar en el uso diario y al transportarlo en una mochila.
Pantalla
Ambos modelos incorporaban una pantalla Retina de alta resolución, lo que representaba una mejora significativa para el MacBook Air, que anteriormente carecía de esta característica.
Sin embargo, la pantalla del MacBook Pro 2018 ofrecía algunas ventajas adicionales. Era ligeramente más brillante y compatible con la gama de colores P3, lo que la hacía más precisa y vibrante para trabajos de edición de fotos y videos.
Además, el MacBook Pro contaba con la tecnología True Tone, que ajustaba automáticamente la temperatura de color de la pantalla según la luz ambiental, ofreciendo una experiencia visual más cómoda.
Teclado y trackpad
En cuanto al teclado, ambos modelos adoptaron el controvertido teclado mariposa de tercera generación de Apple. Si bien este teclado permitía un diseño más delgado, fue objeto de críticas por su fiabilidad y la sensación de escritura.
Ambos también incorporaban un trackpad Force Touch de gran tamaño, que ofrecía una respuesta háptica y diversas funcionalidades sensibles a la presión.
Conectividad
Otra diferencia clave en el diseño era la disponibilidad de puertos. Mientras que el MacBook Air 2018 contaba con dos puertos Thunderbolt 3 (USB-C) y un conector para auriculares de 3.5 mm. El MacBook Pro 2018 de 13 pulgadas también ofrecía dos puertos Thunderbolt 3 (USB-C) y un conector para auriculares.
Sin embargo, los modelos de 15 pulgadas del MacBook Pro 2018 ofrecían cuatro puertos Thunderbolt 3 (USB-C), lo que proporcionaba una mayor flexibilidad para conectar periféricos y pantallas externas.
Así mismo, la ausencia de puertos USB-A tradicionales en ambos modelos requería el uso de adaptadores para conectar dispositivos más antiguos.
En síntesis, tanto el MacBook Air 2018 como el MacBook Pro 2018 fueron portátiles notables en su momento, cada uno con sus propias fortalezas y debilidades.
El MacBook Air 2018 brillaba por su portabilidad, autonomía y precio más accesible, siendo ideal para usuarios que priorizaban la movilidad y las tareas diarias. El MacBook Pro 2018, por otro lado, ofrecía un rendimiento significativamente mayor, una pantalla de mejor calidad (especialmente el modelo de 15 pulgadas) y características profesionales como la Touch Bar y micrófonos mejorados, lo que lo convertía en la elección preferida para profesionales y usuarios que requerían potencia para tareas exigentes.
Siempre, la elección entre ambas portátiles dependía en última instancia de las necesidades y prioridades específicas de cada usuario.
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